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Mostrando entradas de 2022

Para otra vez será

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Había llegado temprano, las puertas del parque de diversiones estaban cerradas, tras una larga espera fui la primera en presentar mis boletos de ingreso. Luego de una minuciosa revisión, me dijeron que las entradas estaban adulteradas. El inspector de turno con el ceño fruncido me dijo que, dado que recién empezaba el día y estaba de buen humor, quería ser complaciente, por lo que yo tenía dos opciones, la primera era retirarme de su vista y desaparecer, la otra dar alguna explicación a la policía. Quede espantada, sudaba frio, no lo pude creer y grite, grite con todas mis fuerzas. Desperté asustada, felizmente todo era solo un sueño. Como resultado de lo planeado un mes atrás, Sasha, Tatiana y yo teníamos comprados pasajes y entradas para visitar Paris y hacer realidad un sueño que las tres teníamos desde niñas, visitar el parque de diversiones de Marne-la-Vallée. Personalmente puedo asegurar que soñaba todos los días con este viaje y a pesar de las restricciones que de a pocos se i

Aflicción

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  Mi papá nos había traído ricos dulces desde la sierra y fue lo primero que nos entregó. Miguel no quería desprenderse de los brazos que lo tenían alzado y desde allí procuraba adelantarse a nosotros en la repartición de las golosinas. Dentro de la cabina del camión nos desnudó y nos puso ropa nueva a los tres. Se las ingenió, de manera tal que, al bajar de allí, Miguel que siempre andaba despeinado, ahora lucía bien peinado y ordenado. Ya parados en la puerta de la quinta, donde vivimos los últimos años, volvió a hincarse de rodillas para poder decirnos en voz baja: - Sean fuertes ante las pruebas que nos pone la vida - Nos recordó que no estábamos solos y que él siempre estaría con nosotros -. Se los prometo muchachos - dijo finalmente muy quedo. Entramos por última vez al cuarto que nos había cobijado mucho tiempo. En una caja negra, rodeada de velas, se encontraba mi madre. Oswaldo se acercó primero y empinándose trataba de ver lo que había dentro. Mi padre nos tenía cargados

La enredada aventura de un novel policía.

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  Cuando Rodolfo llegó a Iquitos, una tarde calurosa, nublada y con amenaza de lluvia, quedó embelesado, no era lo que le habían contado, salvo claro lo que le faltaba conocer. Sus miedos y temores eran latentes y al menor ruido que hiciera algún insecto reaccionaba a la defensiva. Al día siguiente le asignaron el destino final de su viaje, por lo que aprovechó para dar vueltas por la ciudad, sin embargo, debería esperar una semana para reiniciar su marcha. Recién egresado de la escuela de la Guardia Civil, fue asignado y trasladado hasta esta remota región donde ahora, entre temeroso y asombrado caminaba las calles de una ciudad desconocida con gentes de diferente hablar y entender. La primera dificultad con la que se encontró fue la comida, debería de hacer esfuerzo por probar bocado en la pensión que le asignaron. Todo era muy diferente a lo que vio y conoció en el remoto pueblo alto andino en el que nació. Había comprado pasajes para el tramo de viaje que le faltaba recorrer pa

Incendio en la ciudad

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El calor de la mañana era tan intenso, que los que se atrevían transitar por las calles de la ciudad lo hacían a grandes trancos, huyendo de los abrasadores rayos solares que caían despiadadamente sobre sus cabezas, como dardos o como lanzas que atravesaban sombreros, sombrillas o cualquier artilugio que usaran para aislar la inclemencia del clima. Doña Paula cubierta por un paraguas negro hacía las últimas compras en el mercado de abastos, una pesada bolsa de compras hacía lento su caminar y avanzaba empujando a quien osara cruzarse en su camino. Su mal genio se incrementaba con el calor que le hacía transpirar a raudales. Lamentaba haberse quedado dormida y estar a estas horas transitando con semejante sofocación. Vendedores y compradores usaban abanicos tratando de encontrar alivio. En la fábrica de bebidas gaseosas, ubicada a cinco cuadras del mercado, los operarios respiraban con dificultad tratando de mantener la calma y no detener la línea de producción. Una antigua embotell